viernes, 24 de febrero de 2012

Sharleena. Capítulo 2

Sharleena. Capítulo dos.

Me arden los dedos por culpa del cigarro ya inexistente, cuya muerte ha paseado por mis pulmones hace ya rato, pero estando como estoy, envuelto en mis propios pensamientos, no me doy cuenta. Lo tiro al suelo y entro nuevamente, a ver si cerramos ya por hoy. Hace mucho frío, y por lo que parece no tiene que venir nadie más. Mejor, necesito descansar un poco la cabeza, aclarar las ideas, y pensar qué coño vamos a hacer.
“Que Carlos, terminamos por hoy?” – le pregunto a mi asistente.
“Acaba de llegar otra aspirante ahora mismo, le hacemos la prueba y nos vamos?”
“Si no hay más remedio”.
Al darme la vuelta se descubre ante mí una chica con el pelo rojo como una manzana, vestida con una gabardina color beige que oculta por completo su cuerpo excepto sus piernas, una piernas sin fin acabadas en unos zapatos de tacón de aguja negros y blancos.
“Hola!” – una cara risueña me dice algo, pero yo hace rato que me perdí en esos preciosos ojos negros y esa sonrisa sincera y encantadora. “me llamo Helena, y me encantaría hacer la prueba.”

“Adelante! Siéntate un momento. Solo tengo una pregunta que hacerte. Cuando piensas en Sharleena, ¿Qué te viene a la cabeza?”

“Frank Zappa, sin duda”

Perfecto! Es ella! Justo cuando pensaba que el día comenzaba lentamente a irse a la mierda, aparece esta chica! Bueno, tómatelo con calma, todavía tiene que pasar la prueba….
“muy bien, comenzamos. Él es Francisco, se encargará de hacerte de Zappa. Coge un guión de la mesa que hay junto al escenario y prepárate el papel. Comenzamos la prueba en diez minutos”.
Mientras ella estudia su papel la observo sin que se dé cuenta. Su pose es muy natural, parece no importarle el hecho de que todo el mundo a su alrededor se prepara para la última prueba del día, que todo el mundo está muy nervioso por que la cosa parece que hace aguas por mil sitios.
Ella está tranquila, relajada e imperturbable, debido quizás a un carácter templado, o a mucha experiencia en esto de los castings para obras sin nombre.

“Comenzamos!” una voz que no es mi voz anuncia el último acto.
“Bien, me gustaría que interpretaras las páginas 16 y 17, la parte en la que Sharleena habla por primera vez con Frank.”

En estos diez minutos Clara, la chica de vestuario, ha hecho un trabajo impecable. La aspirante sube al escenario con unas medias de rejilla que realzan sus perfiladas piernas, mientras que cubriendo su pecho una camiseta muy punk pende de uno de sus hombros de una forma muy sensual. El pelo cae como una cascada de fuego casi hasta la cintura. Clara ha decidido que los zapatos quedan bien con el vestido. Yo en esto no me meto, básicamente por que no tengo ni puta idea, así que mejor dejar hacer a los profesionales, cada loco con su tema.

Comienza el cásting. Para los que no sepáis muy bien de que va, en esta parte Frank sale de la puerta trasera del edificio donde se acaba de terminar un brillante concierto, con rosas y bragas volando a partes iguales por todo el escenario. Al salir, solo Sharleena espera a su ídolo para poder hablar cara a cara con él por primera vez en su vida. Con un poco de suerte no será la última.

Sharleena: “ Hola! Soy Sharleena. Eres lo más grande que he oído y visto jamás” Frank: “Gracias. Yo soy Frank, aunque supongo que ya debes saberlo” Sharleena: (entre risas nerviosas) “ Claro que sé como te llamas!. Bueno, si estoy aquí hoy y ahora es por que me gustaría hacerte una pregunta…”
Frank: “Dispara”
Sharleena: “Me encantaría que me acompañaras a pasar la noche conmigo”
Frank la mira sonriendo, la cara de sobrado de un cantante de rock & roll.
Frank: “Mira Sharleena, en cada concierto que hago hay siempre varias chicas esperándome a la salida para decirme exactamente lo mismo que tú, y la verdad, ya estoy harto. Qué puedes ofrecerme tú que no tengan las demás?”

Y fue justo en ese preciso momento donde mis dudas se disiparon, todas y cada una de ellas.
Sharleena se retira el pelo de la cara, la sonrisa ha dado paso a una expresión seria, decidida, segura.

Sharleena: “Por que nadie va a darte lo que yo estoy dispuesta a darte. Te habrás encontrado a miles de mujeres como yo. Rubias, morenas y pelirrojas, altas, guapas y no tan guapas, inteligentes, graciosas, sexys, cariñosas, sensuales y eróticas.
Yo hablo de eso y mucho más. Yo hablo de la explosión de un orgasmo sincronizado, de dos cuerpos que se fusionan bajo la tenue luz de una bombilla de poca intensidad, de manos que se cruzan en la oscuridad sin necesidad de saber donde está el resto del cuerpo, de alientos en el cuello que te dejan sin aire, de pelos arrancados por todas partes, fruto de la más despiadada pasión, una pasión que no has conocido ni conocerás en tu vida.
Hablo de enamorarse por la mañana y no por la noche, de abrir los ojos y encontrarte frente a frente con lo más hermoso y harmonioso que has conocido y conocerás en tu vida.
Hablo de tí y de mí, de un hotel sin nombre ni apellidos, de una cama y unas sábanas demasiado cortas para tanto cariño.
Hablo de estar en el cielo sin necesidad de morir, de volver a nacer, en fin, de tí y de mí, y de todo lo que nos queda por hacer.”

“Puedes venir a partir de mañana por la mañana”

Esto debería haberlo dicho yo, pero viendo la cara que se me ha quedado, mi asistente a decidido tomar el relevo. Chico listo.
Pero es que yo ahora mismo soy Frank Zappa, o desearía serlo, y me giro y veo con satisfacción que todos los entes masculinos presentes en la sala opinan lo mismo, menos Carlos, que es gay.

Por hoy no queda nada más que añadir.
Comienza el espectáculo, y mi cabeza está más vacía y despejada que nunca.

No hay comentarios: