domingo, 26 de junio de 2011

Musas


Ante nosotros, el templo de las musas desnudas
abiertas al movimiento liberal,
pero su mirada desconfía
y no besa a las palabras que la acompañan.

Calo mi sombrero 
y cierro los ojos,
entramos en el templo de las musas desnudas
y nos dejamos llevar por esas palabras,
besando esos ojos y mirando los labios
que no besan con las palabras que las acompañan.

El silencio se torna música de órganos y guitarras,
y la voz de Morrison pone las pautas a los seductores movimientos 
de las musas desnudas abiertas al movimiento liberal,
esa danza que las une como si fueran un gran orgasmo
de placer y atrevimiento.

Pero sin miradas que acompañen, poco tenemos que hacer,
salvo fluctuar con la batería de Crystal Ship
y seguir con nuestro camino.

Buscaremos nuestras musas en otra parte.

1 comentario:

Asolada dijo...

No necesitamos de esas miradas. A lo mejor no es mala idea vestir a las musas y ya habrá tiempo de arrancarles la ropa, ¿no?

Un beso.