domingo, 13 de marzo de 2011

un paseo por ninguna parte


Mientras paseo por las aceras de una ciudad cualquiera, me cruzo con desconocidos
que me observan, como si me conocieran. Algunos sospechan de mis alegres intenciones,
aunque la mayoría sonríen.
Ancianos, niños, mujeres, obreros, empresarios, payasos, roqueros, arlequines, todos 
observan los pasos alegres que me conducen a ninguna parte.

Observo el vaivén de mi sombra, una danza alegre a mi alrededor cuya comparsa
es tocada por la luz de las farolas que viene y se va, contrayéndose y expandiéndose
a cada uno de mis alegres pasos. Todas deciden darme la bienvenida a su confortable
calor, y cada vez que avanzo, mandan a mi sombra para transmitirme sus despedidas.
Pienso que este sería un lugar perfecto para pasar el resto de mi vida, rompiendo cada
amistad y amor con la gente que me mira y me observa, con las miradas cruzadas que 
sospechan o sonríen.
Creo que hoy dormiré en la calle.

2 comentarios:

Asolada dijo...

Después de leer esto puede que lo haga hasta yo. Y mira que hace frío en Madrid los domingos por la noche...

Unknown dijo...

Joder. ¿Hacia dónde va este tío? Mejor no saberlo, perdería todo el misterio y goce de ver que no tiene ni idea y, mucho mejor, que ello se la suda.

Un abrazo,


VD